Una "movida romántica"


Queríamos dedicar uno de los primeros artículos de este blog a hablar un poco del ambiente en el cual nos movemos dentro de nuestra investigación, aunque ya os adelantamos que esto tiene más que ver con el contexto que con el tema de investigación en sí, nos referimos al siglo XIX y a los cambios que trajo esta nueva centuria. Y es que muchas veces, parece que “no se lleva mucho” hablar del siglo XIX, o que ya esté todo dicho. Pero gracias al trabajo que poco a poco vamos haciendo, nos damos cuenta que no está todo tan investigado como parece. 

Aunque nuestro trabajo se ciñe más bien a la segunda mitad del siglo XIX, todo lo que le afecta vino provocado por un movimiento que se inició algo antes. Todo comenzó con un grupo de señores que empezaron a pensar de forma distinta al resto y que se terminarían conociendo como los románticos. Estos señores se convirtieron en el contrapunto de la cultura predominante hasta el momento, el Clasicismo y todo lo que dictaban las academias con él. Fueron personajes que dentro de ese propio círculo empezaron a plantearse las cosas de otra manera, en plan:


Mis dotes con el editor de imágenes son magníficas

Bromas aparte, por esa especie de movimiento reaccionario es por lo que me gusta llamarlo la “movida romántica” (pero sin música punk ni tanta hombrera, bueno hombreras sí, hombreras forever) porque fue una forma de responder al sistema establecido a muchos niveles, desde la política, pasando por la filosofía, la literatura, la pintura y la música. En cuestiones artísticas llegó influenció a todo. 

Pero lo más chungo de este movimiento es intentar enmarcarlo cronológicamente hablando, es como intentar ponerle puertas al campo, es bastante complicado porque cada país lo inició en momentos diferentes. Alemania, Inglaterra o Francia serán de los primeros países en acoger el movimiento, en el último cuarto del siglo XVIII,  sobre todo con nuevas formas de entender la literatura, pero por ponerle fechas, podríamos estar hablando de un movimiento que se da entre 1790-1850 aproximadamente, aunque la base del Romanticismo influirá a los movimientos que vendrán después, como con el Realismo, que podríamos decir que es una consecuencia del mismo. 

Sin embargo, en nuestro país, la Guerra contra los franceses y la vuelta de nuestro querido Fernando VII (oh well hello absolutismo again) harán que todo lo que huela a liberal o a cambio de un poco de miedo (¿y el liberalismo pa’ qué sirve?). Básicamente todo lo que se relacione con la modernidad y lo francés (se conocía al grupo partidario de los vecinos como afrancesados) será rechazado. A nuestro colega Goya por ejemplo, se le relacionó con muchos de estos personajes y fue muy crítico con las penurias ocurridas en la guerra, buena cuenta de ello dan sus grabados, sus “Desastres” dedicados a la cara más amarga de la contienda. 

Aún así, en España el Romanticismo podemos decir que se empieza a notar a partir de 1833 (un pelín tarde, siempre nos pasa lo mismo) después de la muerte de Fernando VII. A pesar de que empecemos más tarde que el resto, la llegada de estas nuevas ideas nos hicieron renovar muchos aspectos que necesitaban un poco de aire fresco, sobre todo en lo que cuestiones de Arte se refiere.



Mujeres de Alger, 1834, Eugène Delacroix, Museo del Louvre. (Fuente imagen: Wikipedia.)

En relación a este tema, el artístico (que es de lo que sabemos aquí), os podemos decir que las novedades que se van a traer se podrían resumir en unos pocos puntos, aunque intentar describir las características del Romanticismo vuelve a convertirse, de nuevo, en algo bastante complicado. 

Por ello hemos intentado traeros las principales cosas que van a cambiar nuestro amigos y su “movida romántica": 


  • El corazón por encima de la razón” (Frase que recojo de una tesis de Silvia García Alcázar y que nos viene al pelo).

Puede parecer un cliché, pero es que es así, se le empieza a dar prevalencia a los sentimientos y a la visión subjetiva del artista. Son como adolescentes escribiendo un diario, dramáticos, intensitos, donde les importa sus emociones más que nada y la sensibilidad con la que sienten todo es tremenda. 
Tanto es así que habrá más de un artista que tomará el suicidio como única solución a la desdicha que sentían. Y, como siempre hacemos en nuestro maravilloso país, habrá artistas que ironizarán sobre ello, como Leonardo Alenza, uno de nuestros pintores románticos patrios que nos muestra en su “Sátira del suicidio romántico” una burla de todo esto. 
El caso es que este pretexto servirá para poner la pintura al servicio del artista, ya no existen normas, o por lo menos, no las que se conocían previamente, ahora lo que interesa es plasmar tus sentimientos en la obra. Muchos utilizarán el paisaje como pretexto para ello, otros reflejarán escenas cotidianas con dicho fin, lo que sea para poder expresar cómo se sentían mediante sus obras. 


Sátira del suicidio Romántico, 1839, Leonardo Alenza y Nieto. Museo del Romanticismo. Colecciones en Red. (Fuente imagen: museo)
  • No ponerle límites a los temas.
Hasta el momento, la temática de las obras de Arte estaba muy acotada por el gusto dominante (reyes y nobleza pidiendo retratos a cascoporro), pintura religiosa y mitología para los amantes de lo clásico. Pero, gracias a la nueva concepción que se le da a la Historia, se descubre que hay arte mucho más allá del arco de medio punto y el Clasicismo, que también está muy bien, pero lo que se hacía previamente era anteponer el Clasicismo a todo, desprestigiando, o directamente obviando el resto de períodos históricos. 
Si olía a medieval, mal, si parecía una mezquita, feo, lo Gótico no molaba hasta hace 150 años, y el Románico ya ni os cuento, por eso, los románticos van a decir “PUES OYE, A MÍ ESTO ME ENCANTA”, estaban in love con todo lo que tuviera que ver con eso y gracias a la arqueología van a empezar a descubrir el encanto que tenía una buena ruina (oh hey señor Ruskin qué tal). 
Gracias a esto, se revalorizarán un montón de periodos que estaban mal vistos, hasta el Barroco, que los neoclásicos aborrecían, volverá a interesar a estos pintores. (Menos el Rococó, eso será too much.)

Una de las cosas que más se va a poner de moda, dentro de los periodos medievales, es poner el foco de atención en el pasado oriental tanto de regiones como el Norte de África, como en nuestro país, donde la presencia de “lo árabe”, “lo moro”, o “lo morisco” (todo a la vez aunque no sea lo mismo exactamente) empezará a llamar la atención y nos vamos a hinchar de ver cuadros de odaliscas, escenas en patios y con leyendas orientales. 

Como ya os hemos dicho más arriba, gracias a esto se pondrán de moda cosas que antes no se consideraban tan importantes como los paisajes, o las escenas de costumbres (vamos la gente de a pie de toda la vida del Señor) y ocuparán escenas cuando antes eran sólo un pretexto para crear un fondo y perspectiva. 


Campesinos en un pozo, 1867, Valeriano Domínguez Bécquer, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. (Fuente imagen: museo)


  • Vamos a dejar de azucarar las cosas, porfaplis.

Esto será la forma de preceder al Realismo, que empezará a ponerse de moda a mediados de siglo, a los románticos les encantará estudiar la técnica y el detalle de las pinceladas, si os fijáis son menos “pastelosos” digámoslo así. Y no van a querer ponerle filtros a lo que ven, intentarán plasmar las cosas de forma mucho más, real, por eso lo de “no azucarar” las cosas, es evitar el Photoshop del siglo XIX. 
Con esta nueva forma de “ver la realidad” se dejará de lado la idealización de la misma y se empezará a intentar (porque a veces no pasará) a representar las cosas tal y como son. 
Tendremos ejemplos con nuestro amigo Goya y su retrato de la familia de Carlos IV  (que yo no sé como no lo echaron de su puesto de pintor de cámara), donde el rey y su familia aparecen, bueno, cómo decirlo, en fin os pongo el cuadro abajo y ya me contáis qué tal (ya os contaremos más cosas en otro artículo, que el cuadro trae miga).



La familia de Carlos IV, 1800, Francisco de Goya, Museo del Prado. (Fuente imagen: Wikipedia.)


  • La cultura es para todos. 


Pero con matices, podríamos apostillar. Y es que las ganas de difundir la cultura empezaron con los románticos, hasta aquí todo bien. Empezaron a crear revistas, se empezó a escribir sobre arte, magnífico, la idea es brillante, que todo el mundo aprenda sobre cultura y patrimonio. Ahora bien, de nada sirve tener una revista sobre un tema específico si escribes de forma que no se entera nadie, o si, el principal problema es que la mayoría de la población no sabía ni leer ni escribir. 
Sí es cierto que gracias a la difusión de la cultura, la burguesía pudo empezar a meter cabeza en círculos académicos varios y gente de clase media-alta empezó a especializarse en temas de Arte, es como el preámbulo a nuestro trabajo (estamos metidos en el maravilloso mundo de las visitas guiadas) por ejemplo. Si este grupo de personajes no hubiera empezado a pensar que todo el mundo es merecedor de la cultura, probablemente no se podría disfrutar del patrimonio y el arte como lo disfrutamos hoy en día. 
Es una labor loable que se intentó hacer lo mejor posible y, gracias a ello, muchos eruditos empezarán a poner en valor monumentos y denunciar su estado de conservación para que se restauren. 



Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor, 1846, Antonio Mª Esquivel, Museo del Prado. (Fuente imagen: Wikipedia).


Con estos cuatro puntos que os acabo de explicar, podríamos resumir de forma muuuuuy amplia en lo que podríamos llamar “las bondades que trajo la movida romántica”, si bien siempre puede haber opiniones donde se crea que hay otras cosas que aportar, eso siempre será bienvenido. 

Y hasta aquí este pequeñísimo resumen de lo que va a suponer el Romanticismo para la Historia del Arte y los monumentos, un período que, como veis puede dar mucho más de sí de lo que parece. 

En nuestras próximas entradas os traeremos algunos ejemplos de pintura de esta movida romántica que tanto nos gusta, mientras os enseñamos otros temas que estamos tratando con nuestro trabajo. Espero que disfrutéis y aprendáis leyéndolo, o, para los que sois del gremio, os echéis unas risas con él, es lo que necesitamos en estos tiempos que corren. 


Gracias por la visita y feliz viernes!

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